Para Manejar el Dolor Efectivamente, Primero Hay Que Pensar Prácticamente
January 29, 2008 | Filed Under: Primeros Auxilios | Comments(0)“Sólo superamos un lavado de coco cuando adoptamos una perspectiva que encaja con la realidad, y al someterlo a prueba, da resultado.” Dr. Henry Adams, Rondas Clínicas, 22 de noviembre de 2005
En el primer capítulo de esta serie sugerimos que, cuando nuestra meta es el control delicado de un fenómeno complejo, tenemos primero que aprender a separar factores de lenguaje de factores de ciencia. Dimos el ejemplo de la palabra “medicina,” que es muy distinto las consecuencias de su uso por un médico recién graduado al uso de la palabra “medicina” por un grupo de gestores de sanidad del gobierno. El primero hace lo que considera correcto y que más le ayuda al paciente, el segundo hace lo que considera correcto y que más le ayuda a las políticas de la institución que le paga el sueldo. Los dos hacen lo que consideran correcto, la diferencia está en las consecuencias para el paciente.
Es el caso del que dice que puede volar un avión 747. Si lo sentamos delante del timón y el avión se eleva y aterriza sin ninguna dificultad, sabe de lo que habla, y si no se eleva el avión no sabía de lo que hablaba. El mismo fenómeno existe sucede n el tratamiento del dolor crónico no-oncológico (DCNO), ya que no existe una medicina universal que, con las mismas acciones, suele ser igualmente efectivo para el dolor agudo y el DCNO.
Mito: El médico primario sabe más sobre mi dolor que yo. Por consiguiente, él es el responsable por decirme a mi lo que debo hacer, y a mi me toca hacerlo. Y si no da resultado, entonces solo se puede interpretar como un caso de mala suerte.
Realidad: Como planteamos en el primer párrafo, si alguien nos dice que puede volar un avión 747, lo sentamos delante del timón y si el avión vuela, sabe, y si no se eleva, no sabe de lo que habla y, por consiguiente hay que huirle ya que las consecuencias pueden ser desastrosas. El mismo principio nos ayuda a entender que el médico primario sabe lo que la medicina general tiene que decir sobre el dolor en el cual los médicos primarios se especializan, o sea el dolor agudo. El dolor agudo no es lo mismo que el DCNO – por razones concretas fisiológicas, moleculares y funcionales – y por consiguiente, en principio, no tiene nada que decirnos de válido y cientificamente fundamentado sobre el DCNO, porque “el avión no se elevaría y las consecuencias podrían ser desastrosas.”
Así es que no, no tiene validez el decir que el “médico primario sabe más” sobre el DCNO” que yo. De hecho, tecnicamente no sabe lo que es, y en el día a día, el paciente que automaneja su dolor efectivamente sabe mas de practico que el médico primario. Aceptamos que el médico primario sepa mas sobre el dolor agudo, pero automáticamente no hay que asumir que sabe mas que un paciente que tiene años de experiencia en el día a día con el DCNO. Lo fundamental es que el médico primario le toca probarnos, por medio de un tratamiento que efectivamente me alivia el dolor una cantidad concreta en un espacio de tiempo específico, me devuelve la capacidad de funcionar como lo hacía antes, y disminuye la necesidad de visitas médicas, el uso de múltiples fármacos, pruebas diagnósticas y repetidas hospitalizaciones desnecesarias.
Segundo, en todo padecimiento crónico – la diabetes es el caso clásico – el paciente se vuelve experto, y usa su experiencia, en auto-manejar los factores conductuales, nutricionales y de estilo de vida que dan lugar al dolor. Estos factores, se calcula, constituyen el 90 porciento de los factores que dan lugar al dolor en el paciente con un padecimiento crónico como el DCNO.
De tal modo que, no, en cuanto a, específicamente, padecimientos crónicos, el médico primario no sabe más que el paciente que tiene la experiencia de años de vivir su padecimiento. Si así no fuera estamos insinuando que el paciente es un retrasado mental.
Segundo, por consiguiente, el responsable no es el médico sino el paciente de tomar las decisiones críticas en cuanto a su tratamiento, sobre todo en observar y revalidar la capacidad del médico primario, sobre todo, “de volar el avión o no.”
Tercero, ya que el paciente sabe más sobre el 90 porciento de los factores que dan lugar a su dolor en el día a día, el paciente y el médico tienen que funcionar como socios en su tratamiento. Si el médico se demuestra incapaz de funcionar como socio, al paciente le toca al menos solicitar que otro lo atienda que si sabe funcionar como socio en su tratamiento. Y sí no lo hace dentro de un tiempo razonable de tiempo, que no debe pasar de 3 meses, hay que darle las gracias y lo mas pronto posible buscar otro que sepa funcionar en el papel de socio en mi tratamiento… el médico manejando la ciencia bien fundamentada del DCNO, y yo la experiencia que tengo en manejar las contingencias que dan lugar a mi dolor.
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